2.2.15

Gone girl.

Lose yourself. Trace the outlines and demarcations of your identity and erase them into dust. Because burying yourself in something beautiful that exists beyond who you are is sometimes the only way to find comfort in the miracle of being.

Salí del coche y miré hacia arriba y sólo había estrellas y me vino a la cabeza esa canción de Coldplay que no sé cantar y esas ganas de decir que look at the stars, look how they shine for you. Aún intento atarme el corazón con las tripas, porque literalmente, salta. Y me duele. Hace cosas raras. Debería ir al médico.

Intenté atarme el corazón y seguí mirando arriba y notaba que se me inundaba algo por dentro y un pinchazo en la costilla y un nudo en la garganta y me dolía la cabeza y sólo había dormido dos horas porque a veces no puedo dormir y la soledad acecha y la oscuridad invade. Pero yo miraba esas estrellas y sentía esa revolución y no podía hacer nada porque me habías dicho esas palabras y me habías vencido.

En valentía. En honestidad. En derrumbar las pocas barreras que aún conservo.
Y ahora tengo ese huracán en las venas y otro montón de preguntas que hacerte y otro montón de maneras de no saber hablar de amor.

No puedo evocar el miedo que sentí. Me congelé. Supe que algún día pasaría, que algún día algo destrozaría la fina línea que tanto me había esforzado por mantener y que entonces sería la niña perdida que siempre he sido y que entonces el mundo se me haría montaña y me congelaría. Y no puedo imaginar el miedo que pasé.

Me agarré a tu cuerpo y prometo que estaba convencida que de soltarme podría desaparecer. Hacerme pequeña hasta desaparecer. Desaparecer y largarme. Aunque largarme me rompiera el corazón pero tuve tanto miedo y fue tal el vértigo de mi espiral que si hubiese sabido como irme, que si mi cuerpo me hubiese obedecido, que si no me hubieses abrazado yo me habría ido.

Ese miedo del mar cuando azota, de la verdad de la sal quemándome los ojos, de la certidumbre que me he enamorado perdidamente y que no soy suficientemente buena para ti. Y luego el agujero negro. Y luego las emociones congelándome los párpados. Y apenas podía respirar.

Te prometo que habría huido como se huye del lobo. Te prometo que habría huido como huyen los lobos.

(Fue una suerte que no me soltaras)

Y sigo con ese miedo instalado en el pecho y en la tripa. Y sigo con ese miedo a no ser eterna, a no ser apolínea, a no ser fuerte, a no ser su-fi-cien-te. A no ser nada. A no ser capaz de desaparecer. A ser excesiva. A no pertenecer. A no tener sentido. Sigo con ese miedo instalado en mi cabeza. Miedo a no poderme ir. Miedo a no poder llorar. Miedo a no confiar en ti, aunque te lo merezcas.

2 comentarios: